En alemán, «Perros de Guerra». Singular: Kampfhund. Bajo este nombre se conoce a los diversos prisioneros de guerra supervivientes de los experimentos del profesor Geier que fueron utilizados como armas humanas en el llamado Protocolo Kriegshunde durante la Batalla de Berlín. La mayoría de ellos poseía vastos poderes psíquicos incontrolados y una salud mental deteriorada que se manifestaba a menudo como una gran agresividad. Muchos murieron durante la batalla, pero la mayor parte fueron capturados con vida por las Nachthexen soviéticas y llevados a Moscú para ser estudiados. Sólo unos pocos lograron escapar con vida y tuvieron que pasar el resto de sus vidas en la clandestinidad.